Los principales accidentes laborales y daños ambientales a nivel mundial han sido protagonizados por empresas que cuentan con sistemas de gestión integrados certificados, y que en papeles cumplen con todas las exigencias que la mente humana y extraterrestre pueda concebir.
El ser humano se ha acostumbrado a desarrollar proyectos asumiendo riesgos bajo la hipótesis del cumplimiento de normas previamente definidas, que a la hora de su aplicación concreta resultan ser ineficaces, burocráticas; y en consecuencia, no cumplen su función.
El problema central radica en que los principios de los Sistemas de Gestión Integrados (SGI’s), que son muy buenos y contribuyen al proceso de mejora continua, se han degradado en el tiempo. La búsqueda de la perfección, requiere garantizar la sostenibilidad de las intervenciones humanas por sobre el lucro de corto plazo. El incumplimiento de normas, debería generar un proceso de reflexión en lugar de la redacción de nuevas normas, para normar la norma ya existente. ¿Es un trabalenguas? No, es la realidad.
Por voluntad propia, los principios establecidos en la formulación de los SGI’s, han sido cumplidos por Ingeniería del Agua SRL (IA) desde su fundación. La decisión de implementar un SGI formal se debe a la necesidad de documentar los factores claves de gestión que permitieron consolidar el estudio de ingeniería. El SGI con que se cuenta, es propio, adaptado a las necesidades específicas de los trabajos que se realizan, y sobre todo es conciso y coherente, de manera de asegurar resultados y efectivamente promover un sistema de mejora continua en busca de la inalcanzable perfección.
IA es un estudio de ingeniería, y su campo de acción se circunscribe a la concepción y desarrollo de los proyectos, la supervisión de su ejecución y su puesta en marcha. Su capacidad instalada le permite asumir responsabilidades en operación y mantenimiento. Es en este contexto que se han identificado las áreas de interés, de acuerdo al siguiente detalle:
La responsabilidad social (So) se entiende como el respeto al ser humano. En el desarrollo de proyectos de ingeniería, esto se logra con el levantamiento de percepciones, y la consulta social con amplia participación ciudadana. Trabajo delicado, arduo, complejo y que no siempre genera resultados compatibles con los planteamientos técnicos preliminares. Aplicando el principio de responsabilidad social, se acepta la realidad, para luego generar propuestas técnicas alternativas, hasta lograr un esquema conceptual que incluya la concertación social.